Se usa para decirle a alguien que ha subido de peso o está más llenito, pero en plan de confianza, con carrilla y risas, no para ofender. Es como remarcar que se ve más redondito, más botana, casi abrazable. Eso sí, mejor usarla solo con banda que sabes que no se agüita, porque si no, se arma el drama.
"No manches, primo, desde que empezaste con el pozole y las chelas cada fin, ya estás hecho un puerquito, hasta la playera del América ya no te cierra bien."