Se usa para decir que alguien está re contra colorado, ya sea por vergüenza, bronca o porque lo acaban de mandar al frente mal. La imagen es la de un tero todo exaltado, chillón y con la cara roja. Es una forma bien patagónica de remarcar que estás al rojo vivo, sin poder disimular nada.
"Cuando la profe leyó en voz alta el audio que mandé al grupo equivocado, me quedé duro y rojo como un tero enojado, todos mis compañeros se cagaban de risa."