Se usa para decir que alguien está dolido, ardido o medio resentido porque no consiguió algo que quería, ya sea una jeva, un favor o hasta ganar un juego de dominó. Es como estar picado por dentro, haciendo berrinche silencioso. Es muy de panas que no aceptan perder y se quedan con la espinita clavada, aunque finjan que todo bien.

"Chamo, deja la lloradera, estás todo picao porque perdiste en la caimanera y hasta tu mamá te vaciló en la tribuna."

Se usa cuando alguien se queda resentido, dolido o con la espinita clavada porque le ganaste, lo dejaste en ridículo o no le salió algo como quería. No es solo estar enojado, es ese pique orgulloso que dura rato y que a veces da hasta risa verlo. Eso sí, mejor no seguirle pinchando o explota.

"Desde que le metí tres goles en la potra del barrio, el maje anda todo picao, ni se aparece a la mejenga y dice que está ocupado estudiando, ajá sí, pobrecito su orgullo."

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