Se usa para hablar de alguien que ya pasó los treinta y anda medio desubicado con la vida, como en crisis existencial ligera. No es solo estar perdido, también es sentir que ya no encajas ni con los chamos ni con los señores serios. Es esa etapa rara donde uno se pregunta qué carajo está haciendo con su vida, y da risa pero también pega.
"Chamo, anoche salí con puro carajito de veinte y terminé hablando de dolores de espalda y pagar impuestos, estoy más en la treintañera que mototaxi en procesión"