Se usa en Aysén para decir que alguien anda pasando por un momento bien penca, lleno de mala racha y con todo saliéndole al revés. Es como ir cuesta abajo sin frenos, con la moral por el suelo y el ánimo hecho bolsa. No es solo un mal día, es una seguidilla de cagazos que te dejan medio al borde del colapso, casi pidiendo auxilio.
"Entre que se le quedó el jeep botado en la mitad del campo, le voló el techo el viento y más encima le llegó la cuenta de la luz carísima, el Marcos está pero en la bajada del chucho, si hasta la perra lo mira con lástima."