Se usa para decir que alguien está desatado, con una energía tremenda y cero miedo al peligro. Puede ser porque anda con ganas de fiesta, de hacer locuras o de meterse en problemas sin pensarlo mucho. Es como decir que la persona está poseída por la adrenalina, y la verdad es que a veces hasta contagia.
"Parce, anoche María estaba diablo, casi se sube a la barra a bailar y termina armando rumba hasta con el mesero del fondo."