Se usa para decir que alguien está re mareado, desorientado o medio en otra, ya sea por cansancio, alcohol, resaca o porque la situación lo superó. Es como si tuviera la cabeza al revés y no terminara de ubicar dónde está parado. Es muy común en el habla argentina y, seamos sinceros, describe momentos bastante cotidianos.
"Volvió del boliche al amanecer, se tomó tres mates y seguía tan dado vuelta que saludó al vecino llamándolo por el nombre del perro y encima le pidió fuego al portero eléctrico."