Se usa para describir a alguien tan terco que no entra en razón ni a punta de sermones, regaños ni dramas familiares. Es esa persona que se emperra con una idea y no la suelta aunque todo el barrio le diga que está equivocada. A veces hace gracia, pero también dan ganas de darle un sacudón a ver si se ablanda un poquito.
"Juana está como una piedra, le explicamos con calma, con gritos y hasta con memes del grupo de WhatsApp, y la tipa sigue emperrada en que la arepa se hace sin sal porque sí."
Significa estar agotado o muy cansado, como si hubieras arrastrado un saco de piedras cuesta arriba todo el día.
"Después de la fiesta de anoche, estoy como una piedra y no me muevo ni para ir a por churros al bar."
Se dice de alguien que está en shock o petrificado, ya sea por sorpresa, miedo o pura confusión extrema.
"Cuando le dije que había llenado el tanque del carro al precio viejo, se quedó como una piedra. No lo podía creer."