Se usa para hablar de alguien que llega pasado de revoluciones, con una emoción tan alta que casi ni se le puede parar. Igualito que un río después de un aguacero, la persona viene desbordada, intensa, con una energía que arrastra a todo el mundo. A veces hace gracia y a veces cansa, pero siempre se nota cuando entra.
"Pana, cuando llegó Mariana al coro estaba como río crecido, hablaba durísimo, se reía por todo y terminó armando tremenda bailadera en la sala de la abuela."