Se usa cuando alguien anda soltando chisme tras chisme, contando cosas que no debería andar ventilando por todos lados. Es como si fuera pregonero del pueblo, bien feliz sacando trapitos al sol ajenos. Normalmente se dice en tono de regaño cariñoso, aunque a veces sí da coraje, la neta.

"Oye, Lupe, ya deja de estar cantando las del caracol en el mercado, luego medio Campeche se entera de que a tu vecino lo dejaron plantado en el altar."

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