Se usa cuando alguien deja ver sus verdaderas intenciones después de hacerse el inocente, como cuando se le cae la careta y ya no puede disimular más. Es como mostrar la carta escondida que tenía guardada. A veces da risa, a veces bronca, pero siempre deja a la persona medio en evidencia.
"El profe decía que el parcial iba a estar facilito, pero enseñó la manga y metió más trampas que asado de político en campaña."