Se usa cuando alguien dice que va a revisar las viñas, como quien va a hacer una inspección rápida y seria, pero en realidad suele ser la excusa perfecta para escaparse un rato, respirar campo y catar unos vinos. Es muy de pueblo riojano, de esas frases que suenan inocentes pero esconden planazo.
"Mañana por la tarde me pierdo un rato para echarle un ojo a las viñas, que me han dicho que el tempranillo pide cariño y una botellita abierta cerca."