Se usa cuando alguien ofrece ayuda pero ya todo el mundo sabe que es puro cuento y que capaz ni aparece. Es como decir que sí con la boca pero no con las ganas. Tiene ese saborcito falconiano de promesa floja que uno escucha y piensa que mejor se organiza solo, porque del otro casi seguro no cae nada.
"Tranquilo, vecino, mañana vengo y te echo una mano de mi veremos con esa mudanza, tú ve subiendo las cajas al camión y si me despierto temprano me llego… pero no me guardes puesto porque tú sabes cómo soy."