En Guerrero se usa para decir que alguien se endeuda o pide dinero prestado, casi siempre por necesidad o porque ya se gastó todo en la peda. Tiene un punto de resignación y de humor negro, como aceptar que ya caíste en las garras del banco o de la tanda. No es glamuroso, pero todos hemos estado ahí.
"Ya me troné la quincena en la peda del sábado, ahora voy a tener que echar un préstamo con mi tía la de la tanda, si no ni para los tacos tengo"