Se usa cuando alguien cambia de decisión, de bando o de postura a último momento para sacar ventaja o quedar mejor parado. Viene de la idea de pegar un giro inesperado, medio traicionero pero también bastante pícaro. Es como decir que te diste vuelta cuando viste dónde estaba lo más conveniente, aunque quede medio feo admitirlo.
"Íbamos a hacer vaquita para el asado, pero cuando vio que ya estaba todo pago dobló la taba y cayó con las manos vacías diciendo que siempre estuvo de acuerdo con el plan, un caradura total el guacho."