Es la acción de andar husmeando, metiendo la nariz donde no te llaman y cazando chismes como si fueras detective de barrio. Se usa para esa gente que vive pendiente de la vida ajena, revisa estados, escucha detrás de la puerta y siempre quiere saber más de lo que le toca. Y sí, a veces hace hasta gracia.

"Epa, Mariela, ya está bueno de curucuteo, deja de pegar la oreja a la pared a ver qué habla la nueva vecina con el mototaxista."

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