Se usa para decir que alguien corre a lo loco, rápido y sin rumbo claro, como un chancho metido en un maizal disfrutando pero también medio desorientado. Sirve tanto para cuando alguien huye cagado de miedo como cuando va apurado sin saber bien adónde. Es muy de campo patagónico y la imagen es tan gráfica que da hasta ternura.
"Apenas sonó la campana del recreo, los pibes salieron de la fila corriendo como chancho en maizal para llegar primeros al kiosco y comprar las tortas fritas."