Se usa cuando a alguien le toca pringar con un problema, una bronca o una responsabilidad chunga que nadie quiere. Puede ser comerse la culpa, hacer el curro sucio o aguantar las consecuencias de la cagada de otro. Vamos, que te comes el marrón mientras el resto se hace el loco tan tranquilo.

"El jefe la lió con el cliente, pero como siempre me comí yo el marrón y tuve que quedarme hasta las tantas arreglando el desastre"

Cuando te toca lidiar con un problemón que no es tuyo, pero te cae la bronca igual. Vamos, una faena inesperada y pesada.

"Ayer el jefe se fue antes y me tocó comerme el marrón de entregar su informe. ¡Vaya tela!"

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