En Tucumán se dice colorao para hablar de alguien que se puso rojo como un tomate, ya sea por vergüenza, calor o porque lo agarraron infraganti en algo. Es ese momento en que la cara te delata antes que la boca. Y hay que admitir que a veces es bastante tierno ver a alguien así.
"Mirá cómo quedó colorao el Gordo cuando la abuela le preguntó delante de todos si seguía chateando con la vecina del 3B"