En La Rioja, coche es el colega de confianza para ir de bodega en bodega, perderse entre viñedos y acabar de pinchos por el casco viejo. No es solo un vehículo, es el cómplice oficial de escapadas, risas y vinitos. Vamos, que si el coche hablara, tendría más anécdotas que medio pueblo junto.
"Tú trae las ganas de liarla un poco, que yo pongo el coche y nos hacemos una ruta de calados, pinchos y vinitos por Logroño hasta que el cuerpo diga basta."