En Honduras se usa para decir que alguien está muy consentido, mimado o tratado con demasiado cariño, casi como si fuera de cristal. No va tanto de estar enamorado, sino de que lo tienen a puro cuidado y apapacho. Es de esas palabras que huelen a familia, barrio y gente que se quiere mucho.
"Ala, mirá a Kevin, todo chineado por la abuela, ni a la refri lo mandan, solo falta que le pelen la naranja y se la den en la boca"