Apodo despectivo para alguien tacaño a niveles legendarios, que no suelta un duro ni aunque le pique el bolsillo. Se compara con un cerdo flaco como un palo, sin carne que rascar. Es de esas formas creativas de llamar agarrado a alguien que podría invitar, pero se hace el muerto. Y hay que admitir que la imagen es bastante graciosa.

"Hermano, le pedí a ese cerdo-palo que me preste algo para el minibús y el tipo se hizo el loco, guardó la cartera tan rápido que casi le hace un agujero al pantalón."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!