Viene de carancho, ese ave carroñera que espera que algo se muera para manducárselo. Carancheriar es estar al acecho de lo que hace otro para aprovechar cualquier mínima oportunidad y sacar tajada sin vergüenza. Es vigilar con mala leche pero también con picardía bien pampeana, y hay que admitir que la imagen es bastante gráfica.
"Dejá de carancheriar, primo, que si me descuido un segundo me vaciás la heladera y después decís que en La Pampa hay crisis de asado y cerveza."