Interjección clásica para expresar sorpresa, admiración o incluso un poco de enfado suave, como cuando dices vaya o caray pero en versión más fina y viejuna. Suena muy de abuela flipando con algo, aunque cualquiera la puede usar si quiere darle un toque retro y simpático a la reacción.
"¡Caracoles, macho! Iba a echarme la siesta y de repente me escribes que te has echado novi@ y que encima es mi vecina del quinto, esto ya parece culebrón de tarde."