Se usa cuando el día está pesadísimo, todo se complica y sientes que cada cosa cuesta el doble. Es como ir subiendo una loma eterna, con calor, cansancio y cero ganas, pero igual toca seguir. Ideal para quejarse con estilo cuando la jornada viene brava y no te da tregua ni un ratito.
"Parce, hoy fue caminar en la loma en la oficina, el jefe intenso, el aire dañado y yo con sueño desde las siete de la mañana."