Se usa para decir que alguien le da demasiadas vueltas a algo antes de hacerlo, se ralla, se pone mil pegas y se queda ahí dudando en vez de pasar a la acción. Es como cuando te montas la película en la cabeza y al final no haces nada. Vamos, que te estás calentando el morro en vez de espabilar.
"Tío, si quieres hablar con la Pili sube ya al piso, que llevas una hora en el portal calentándote el morro y al final se va a ir con el del quinto."