En Chihuahua, un cafecito chihuahuense no es solo la taza de café, es todo el ritual de invierno: cobijas hasta la nariz, calcetines gruesos, chisme tranquilo y cero ganas de salir al frío. Es ese momento donde el café sabe a hogar, a sierra helada afuera y a pura comodidad adentro, y la neta se disfruta sabroso.
"Amaneció a bajo cero y ni de chiste me levanto, mejor me traigo un cafecito chihuahuense a la cama y que el mundo espere tantito."