Se usa cuando a alguien por fin se le prende el bombillo y entiende algo que llevaba rato sin pillar. Es como cuando al cerebro le cae una monedita imaginaria y todo encaja de golpe. Suele decirse con un poco de burla cariñosa, porque da risa ver el momento exacto en que por fin captan la idea.
"Llevábamos media hora explicándole el chiste a Camilo y nada, pero de repente le cayó la chaucha y se soltó a reír como foca en parqueadero de centro comercial."