Se usa para hablar de alguien tan dulcero que ya empalaga, esa persona que vive tirando halagos, mensajitos tiernos y comentarios melosos todo el tiempo. Al principio puede parecer simpático, pero al rato te sube el azúcar y te dan ganas de pedirle que afloje un poco. Es dulzura nivel empacho emocional.
"Boluda, no sé cómo bancás a María, en la previa estuvo azucarón total, cada dos minutos tirando que somos las más diosas del boliche y que nos ama con todo su corazoncito."