Expresión muy cántabra para soltar cuando algo te deja loco de sorpresa o flipando en colores. Viene a ser como decir madre mía o la virgen, pero con acento de prao y lluvia fina. Se usa tanto para cosas buenas como para liadas monumentales, y hay que admitir que dicho con fuerza suena glorioso.
"Arrammu, chaval, he dejado el coche en Cueto y cuando he vuelto tenía encima una vaca mirando pa' dentro como si quisiera las llaves"