Se usa en Miranda para cuando alguien monta un show exagerado, se pone dramático y arma todo un espectáculo por algo que podría resolverse tranquilo. Es como decir que la persona hizo un escándalo digno de novela, con gritos, reproches y todo el teatro incluido. Y sí, a veces da risa, pero también cansa un montón.
"Chamo, María armó un cambote en el mercado porque la señora se le coleó en la fila y terminó regañando hasta al pobre cajero."