Se usa en Nayarit para decir que alguien anda bien crecido, presumiendo y sintiéndose la última Coca del desierto. Es como cuando a alguien le sube el ego y ya camina como si trajera pasarela imaginaria por la banqueta. No siempre es en mala onda, pero sí trae su toque de burla y ojo crítico.
"Desde que a la Brenda le subieron el sueldo, nomás anda en la baqueta, bien emperifollada, paseándose por el centro como si fuera artista de novela."