Se usa cuando alguien está lleno de deudas, problemas o presiones y siente que ya no da para más. Es como ir caminando con el agua al cuello, pero versión más dramática, casi de novela. Normalmente habla de líos de plata, broncas familiares o movidas del trabajo que te tienen bien ahorcado, aunque sigas sonriendo por fuera.
"Vos, desde que subió la renta y el carro se arruinó, ando con la soga al cuello, viviendo de fiado en la tienda y esquivando las llamadas del banco como ninja pobre."