Se usa para decir que alguien anda rapidísimo, medio eléctrico, saltando de un lado a otro sin parar. Es esa sensación de tener mil mandados, cero tiempo y las piernas funcionando en modo turbo. Muy de días caóticos donde ni te sentás a tomar un mate tranquilo, pero igual le metés pata porque no queda otra.
"Desde que me levanté ando como liebre, entre el laburo, el súper, la fila del banco y encima la tía me cayó de visita sin avisar, estoy para el bombo."