Se usa cuando alguien se suelta a hablar y empieza a sacar chismes, secretos viejos y cuentos que tenía bien guardados. Es como cuando en la reunión alguien se anima, se acuerda de todo y no deja títere con cabeza. Es una expresión muy sabrosa, porque anuncia salseo del bueno y uno se acomoda a escuchar.
"Chamo, apenas pusimos la música y sirvieron la primera birra, la tía Rosa empezó a abrir el baúl y salieron unos cuentos del barrio que casi boto la arepa de la risa."