Se usa para decir que alguien se pone a beber a lo bestia, sin medida y con alegría, como si al día siguiente no hubiera que madrugar. Es muy de cuadrilla que se calienta y encadena rondas sin pensar mucho en el hígado. Vamos, que no es tomarse una cañita, es entrar en modo fiesta hardcore.
"Íbamos a tomar solo un corto después del curro y acabamos zampando a tabas por el barrio hasta que cerraron el último garito, menuda castaña pillamos."