Se usa para hablar de un pana con labia infinita, encantador, medio pícaro y con un carisma que parece truco de magia. Es ese tipo que se mete en cada enredo y aun así siempre cae parado, porque con una sonrisa y dos palabras dulces convence hasta al más desconfiado. Y hay que admitir que a veces provoca copiarle el estilo.

"Vale, ese jefe nuevo es un tipo chivirico, llegó dos días tarde, echó un chistecito, sonrió y ahora todo el mundo lo ama y hasta le guardan el cafecito en la oficina."

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