Se usa para bardear a alguien que no se la juega nunca, que no es ni frío ni caliente y vive en la indecisión eterna. Es como ese árbitro que quiere quedar bien con las dos hinchadas y al final todos lo putean. Una expresión bien patagónica para marcar al que no se anima a tomar postura, aunque a veces dé un poco de ternura.
"Che, Gustavo está tibio como un tímpano con el asado, hace dos horas que dice que va a prender el fuego y sigue rascándose mirando el partido por la tele."