Se usa para exagerar un momento de pánico o sobresalto por algo que, en el fondo, no es tan grave, pero te deja con el corazón en la boca. Muy típico cuando se acaba la yerba, el hielo o el agua para el tereré y te sentís en tragedia nacional. Es un drama cotidiano con sabor bien paraguayo, y la verdad es que tiene su gracia.
"Che, me agarró un susto de la guampa cuando abrí la heladera y no había ni hielo ni yerba para el tereré, casi salgo en pantuflas al súper de la desesperación."