Se usa cuando alguien empieza a hablar y ya no hay poder humano que lo calle, como si abriera una compuerta y saliera puro choro sin filtro. Es como arrancarse con el monólogo eterno, contando chismes, traumas y anécdotas que nadie pidió, pero que igual todos escuchan. Y la neta a veces hasta se pone bueno el chisme.
"No le preguntes nada a mi tía porque en cuanto le sueltes la chimenea te avienta toda la historia familiar desde la Revolución hasta el chisme de la vecina de enfrente."