Se usa cuando alguien, sin ser necesariamente adulto ni formal, se comporta como señora bien plantada, refinada y medio doña. Aplica cuando te emocionas por tazas, manteles, plantas, chismes tranquilos o cafecito al atardecer. Es como entrar en modo señora responsable y disfrutona, y la neta a veces se antoja vivir en pura señorada.
"No manches, ayer tenía 23 años y hoy ya ando en plena señorada, emocionadísima por las tazas en oferta y el cafecito de la tarde en el balcón."