Se dice cuando uno tiene tanta hambre que el estómago empieza a sonar duro, como si llevara horas protestando. Es ese punto en el que ya no pensás en nada más que en comida y cualquier olor te antoja. Es una forma muy gráfica de decir que estás muerto del hambre, y la verdad es que suena bien dramática.
"Parce, vámonos ya a almorzar porque me está rugiendo el estómago, siento que si me hablan muy duro me desmayo ahí mismo en la esquina del barrio."