En Canarias se usa para hablar de un frío que se mete en los huesos, de ese que te deja la piel de gallina y las manos tiesas. No es solo fresquito, es rasca de verdad, de la que te hace replantearte salir de casa. Y oye, para ser islas, cuando sopla el alisio se nota, y bastante.

"Niño, cierra la ventana ya, que está entrando una rasca del carajo y voy a ver la tele con la manta hasta las orejas."

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