Se usa para decir que alguien es medio lento, que no caza una o que le faltan un par de lamparitas prendidas en la cabeza. Es una forma burlona de marcar que a la persona le cuesta entender cosas simples o vive colgada en otra. No es el insulto más fino del mundo, pero hay que admitir que a veces describe perfecto la situación.
"Mirá al Fede, quedó corto de luces de nuevo, quiso enchufar la pava en el alargue que no estaba conectado y se quedó esperando que hierva el agua media hora."