Expresión ayacuchana que se usa para vacilar a alguien que amanece con la cara hecha polvo después de una noche de juerga brava. Es como decir que está recontra desmejorado, con ojeras, cara de zombie y cero ganas de vivir. Se usa entre patas con confianza, porque si no, suena bien pesado, aunque igual hace gracia.
"Hermano, te has mirado al espejo, estás con una cara de qué tal milco, parece que te has peleado con el amanecer y has perdido feo"