Expresión santiagueña para señalar a alguien extremadamente tacaño, que no afloja un peso ni aunque lo amenacen con quedarse sin asado. Se usa cuando la persona ya es famosa por no pagar nunca nada y hasta da un poco de vergüenza ajena. Es como decir que es un rata profesional, pero con ese toque bien norteño que tiene su encanto.
"Fuimos a la peña, comió empanadas, tomó vino, y cuando trajeron la cuenta se hizo el que atendía una llamada. Qué loco el maceta, siempre se hace el sota para pagar."