Se usa para decir que alguien está llenísimo de chismes, historias y secretos, como si cargara un baúl repleto de cosas que contar. Es una forma medio divertida de señalar al amigo que siempre sabe todo de todo y que vive actualizado con el último bochinche del barrio. Y la verdad, siempre cae bien tener un baúl cerca.
"Uy, mija, nos sentamos cinco minutos con la vecina y eso fue puro chisme, qué baúl tan bravo, casi no nos deja irnos pa' la casa."