Se usa para decir que alguien es bien tacaño, que no suelta un cinco ni aunque lo amenacen con quitarle las pupusas. La idea es que tiene la mano cerrada como cuando agarrás un puñado de marañones y no querés soltar ni uno. Es de esas expresiones salvadoreñas que duelen un poquito pero son bien certeras.
"Dejá de invitar a Carlos a las chelas, ese maje es un puño de marañón, nunca pone ni cinco ni aunque le salga gratis el parqueo."