Se usa para describir cuando alguien se pone en plan princesa, pidiendo trato especial, atención máxima y cero complicaciones. Es esa banda que no quiere batallar con nada y espera que todo el mundo le cumpla sus caprichos. No siempre es mala onda, a veces hasta da risa, pero sí puede sacar de quicio si se pasan de lanza.
"No manches, íbamos a acampar bien relax y la Karla empezó a princesear, que si no había baño decente, que si quería cama suave y desayuno con chilaquiles bien servidos."