En Tlaxcala se usa para decir que alguien se pone bien exigente y sangrón, pidiendo cosas como si fuera millonario o cliente VIP. Es esa banda que se siente muy fina y quiere todo especial, aunque traiga la cartera más flaca que un billete de lotería no premiado. Y hay que admitir que a veces da risa ver cómo se ponen.
"Fuimos por tacos de canasta y el Toño se puso de oro, que si el aceite bien caliente, que si la salsita aparte y que si el taco sin tanta grasa, casi casi quería menú gourmet en la banqueta"